lunes, 8 de diciembre de 2014

Buentrato: el derecho al lenguaje del amor y el respeto


A través de una iniciativa conjunta, el Ministerio de Desarrollo Social y UNICEF impulsan una campaña para que la palabra “buentrato” sea parte del diccionario, y sobre todo, de la vida de todos los chicos y chicas.

Una creencia común, culturalmente aceptada, es la idea de que los “chirlos” son parte necesaria de la educación de los más chicos. O bien, que una “cachetada dada a tiempo” o un “cintazo” garantizan una buena crianza y son la única forma de resolver determinados problemas. Sin embrago, la violencia nunca representa una solución. Todos los chicos y chicas tienen derecho a ser tratados con amor y respeto.

Para concientizar a la ciudadanía sobre la importancia de estos derechos, el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación y UNICEF Argentina llevan adelante una campaña que promueve el trato respetuoso en los más pequeños. Ambas instituciones buscan incluir "buentrato" en el diccionario de la Real Academia Española, dada la importancia de las palabras en la construcción de nuestra realidad.

¿Por qué razones es necesaria esta campaña? ¿Cuáles son los datos relevados que la promovieron? La violencia es el principal tema de consulta y/o asesoramiento en los distintos ámbitos de recepción de denuncias. Así lo demuestra el relevamiento realizado sobre la situación de niños, niñas y adolescentes sin cuidados parentales.
Otros datos que fundamentan la necesidad de concientizar sobre el buentrato son los siguientes:

• El 44% de los niños y niñas que ingresan a instituciones de cuidado lo hacen por motivos de violencia y el 13 por ciento por abuso sexual. Además la violencia es el principal tema de consulta y/o asesoramiento en los distintos organismos de recepción de denuncias (fuente: relevamiento sobre la situación de niños, niñas y adolescentes sin cuidados parentales).

• El uso de insultos aumenta cuando se incrementa la edad de los niños, así como otros castigos: el zamarreo en el 22,6% de los encuestados; el chirlo, en un 25,9% y el golpe en una extremidad, en el 15,8%. A su vez, pegar con objetos, golpes en la cabeza y palizas, representan un 5,6 y un 4,1% y se concentra entre los niños y niñas más pequeños (fuente:Encuesta sobre Condiciones de Vida de Niñez y Adolescencia, ECOVNA).

• Asimismo, el 65,3% de los encuestados por la ECOVNA consideró que es adecuado castigar a los chicos de alguna forma, pero no físicamente. Mientras que un 3,7 por ciento estuvo de acuerdo con el castigo físico en la crianza.

• El 42% de los padres de niños de 2 a 5 años reconocieron que le ha pegado un chirlo a sus chicos como modo de castigo físico. El 13,9 % le pegó en alguna extremidad. Además, al 20% de los chicos entre 12 y 17 años sus padres los insultaron durante el mes previo a la encuesta.

• Finalmente, la violencia, el maltrato y el abuso son los problemas más frecuentes que se les plantean a las Áreas de Promoción y Protección de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes en la República Argentina. Representan un 31% de los casos (resultados obtenidos en el Relevamiento Nacional de las Áreas de Promoción y Protección de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes en la República Argentina). 

Teniendo en cuenta la situación planteada por estos datos y las recomendaciones realizadas por las Naciones Unidas en su Estudio Mundial sobre la violencia contra Niñas y Niños, se implementó la campaña por el buentrato a nivel nacional. La misma tiene entre sus objetivos:

• Sensibilizar a la ciudadanía sobre los derechos del niño. Se realiza a través de campañas de información pública y en los medios de comunicación, incluyendo su derecho a ser criado en base a relaciones amorosas, su derecho a ser escuchado y a que se tome en cuenta su opinión.

• Impulsar la intolerancia hacia toda forma de violencia contra los niños. Aquí se incluyen los roles estereotipados asignados a los géneros, la discriminación en todas sus formas, la aceptación del castigo físico u otras prácticas tradicionales nocivas, por moderadas que sean.

• Comprometer a los medios de comunicación. Estos desempeñan un papel primordial en la construcción de una cultura de respeto de los derechos del niño. 

• Impulsar la Ley de Prohibición de Castigo Corporal hacia niños, niñas y adolescentes. La misma acompañaría desde el aspecto legal, los cambios culturales que se vayan logrando.

Hasta el momento, más de 10.000 personas ya se sumaron a esta campaña que busca cambiar el maltrato a los chicos y chicas por una cultura del “Buentrato”, basada en el diálogo y la palabra en un entorno de amor, respeto y de protección de sus derechos. 

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