jueves, 10 de abril de 2014

Advierten que evitar la explotación sexual infantil requiere vigilancia social

Fuente: Télam

La explotación sexual comercial de chicos infiltrada en viajes y turismo aprovecha situaciones de vulnerabilidad social de la víctima, por lo que la Brigada Niñ@s colabora en la promoción de un código de conducta nacional para la prevención del delito, afirmó la coordinadora del equipo, Carola Saricas.



"Creemos que actualmente no hay redes organizadas de turismo sexual en nuestro país, lo que sí hay son situaciones ocasionales y de oportunismo vinculadas a la vulnerabilidad social de la víctima", dijo Carola Saricas, coordinadora de la Brigada Niñ@s, dependiente del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, en la que se desempeña junto a la trabajadora social Paola Mercado y otros integrantes del área.

Como todos los equipos del programa "Las Víctimas contra las Violencias", que lidera la psicóloga Eva Giberti, el Area Explotación Sexual Comercial de Niños, Niñas y Adolescentes en Viajes y Turismo fue creada en 2006, y dispone de la línea telefónica gratuita 0800-222-1717 para cualquier tipo de alerta.

"Trabajamos mucho junto al ministerio de Turismo con el `Código de conducta nacional para la prevención de niñas, niños y adolescentes en viajes y turismo`, que engloba a agencias de viajes, hoteles y medios de transporte, para que capaciten a su propio personal", relató la Coordinadora.
Saricas describió que "hay turistas que ya vienen con la intención de explotar sexualmente a chicos, pero también hay quienes se aprovechan de una situación de vulnerabilidad de nuestros chicos".

Un caso en el que actuó la Brigada Niñ@os fue el de "una niña que se encontraba haciendo malabares en la vía pública pidiendo una moneda, y fue abordada por un turista que le ofreció, a cambio de dinero, que fuera su acompañante para ir a un lugar", contó.

"El turista piensa que en nuestro país no lo van a condenar y hace algo que en su país quizá no haría: ve que se le presenta la oportunidad y la lleva a cabo", consideró. 

Según Saricas, este caso es un ejemplo de niños que no están en situación de prostitución, sino que son vulnerables.

"El turista le mostró billetes diciéndole `dale que yo sé que te gusta`, y la niña se asustó y le dijo a su vecino, el verdulero al que le compraba siempre, que avisó al policía que estaba en la esquina y éste procedió a detener al sujeto", contó.

"Si esta niña se hubiera sentido tentada o inducida con dinero o zapatillas o un celular, hubiera terminado probablemente teniendo sexo oral, se hubiera cometido el delito en un lugar en que nadie viera, y el hecho hubiera quedado impune", planteó.

El delito de explotación sexual comercial infiltrada en viajes y turismo, que ocurre cuando un turista de país extranjero o propio viaja con fines de explotar sexualmente a una niña o niño, se originó en países del sudeste asiático, como Tailandia.

"Comenzamos a abordar el problema desde aquel turista que ya viene vinculado con alguna organización, para ver cómo funciona este delito, que puede ocurrir también durante excursiones en provincias en las que se estimula el turismo", refirió Saricas.

Las zonas portuarias o en las que se hace turismo de caza y pesca son más propensas a que se den estas situaciones.

"Hay un caso específico en Santa Fe, donde una integrante del equipo fue a brindar capacitación", que suele hacerse en centros de salud, hospitales, escuelas secundarias y universidades.

En la localidad santafecina de Fortín Olmos "hay testimonios sobre dos lugares donde supuestamente concurren turistas, en los que habría prostitución infantil en casas en las que se hospedan los viajeros", relataron las expertas.

La situación se detectó a través del Ministerio de Desarrollo Social y tomó intervención el Ministerio de Salud, "pero se encontraron con una actitud cerrada de la misma población, cuyos habitantes trabajan afectados al lugar, generándose una especie de complicidad por la cual nadie realiza una denuncia formal".

La Brigada, dependiente del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, trabaja de modo que la recepcionista de un hotel sepa qué documentación debe requerir a un adulto que se presenta con un menor de edad, para que acredite el vínculo.

Lo que busca es "que el hotel sepa cómo actuar y dónde denunciar una evidente explotación sexual, comprometiendo a los diferentes actores de la actividad turística para evitar este delito", dijo.

Mercado afirmó que “es importante que la gente empiece a decir las cosas que sabe, y cuando un vecino nos cuenta determinada situación y no se quiere comprometer en denunciar, somos nosotros los que nos constituimos como denunciantes".

"Algunas personas todavía piensan que si el adolescente dio su consentimiento, no es delito (el consentimiento del adolescente no es válido); hay prejuicios vinculados al tema que generan la tolerancia social que permite o avala esta conducta delictiva".

"Como sociedad, tenemos que involucrarnos todos en impedir estas situaciones, cada persona desde su rol, para que si sabe, escuchó o le comentaron de una situación, llame al 0800-222-1717, y también al número 137 en Ciudad de Buenos Aires", remarcó.



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