19 de NOVIEMBRE: “Día de la Prevención del maltrato y abuso infantil”
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Se aproximan las fiestas de fin de año, y las vidrieras de las jugueterías
“atraen hasta al más distraído.”
Elegir un regalo, implica mucho más que ver una publicidad en la televisión y comprar al máximo de las cuotas permitidas con la tarjeta.
Es un acto de amor, en el cual pensamos en quien lo va a recibir y que emociones le provocará al abrirlo, por lo tanto, antes de regalar, dediquemos un momento para conocer sus gustos, lo que ya tiene en casa, y que sea adecuado a su edad.
Y sobre todo, juguemos con él o ella …
“Más allá de lo que cueste el regalo, VALEN nuestras atenciones e intenciones”
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Gentilmente, Marc Giner Llenas, Psicopedagogo y logopeda de Barcelona, comparte una publicación de la Lic. Edith Beatriz Burgos:
Los Juguetes y el sexismo
Los juguetes contribuyen al desarrollo integral del niño en todas las áreas de la personalidad: intelectual, física, social y afectiva. Ellos son un excelente recurso para iniciar o consolidar aprendizajes. Por eso es importante analizar la relación entre “los juguetes y el sexismo”. Muchas veces la publicidad de juguetes fomenta el continuar con el rol tradicional de la mujer y del hombre.
Los juguetes son herramientas importantes en la vida de los niños pues a través de ellos tienen la posibilidad de moverse, curiosear, manipular, experimentar, crear, de relacionarse y de intercambiar acciones, vivencias y sentimientos. Facilitan la integración en el entorno social. Razón por la cual hay que buscar el juguete adecuado y estar muy conscientes del papel que tendrá en el desarrollo del niño.
En general, a las niñas se les regalan juguetes domésticos tales como cocinas, set de limpieza, casa de muñecas, etc. Y a los niños se les regalan juguetes más variados como autitos, pelotas, juegos de construcción, pistas para autos y trenes, potenciando su capacidad cognitiva más que a las niñas.
Desde que se le compra el primer juguete al niño/a se está estableciendo la discriminación de género, fomentando y orientando a la niña a las actividades domésticas y asistenciales; y al niño a las actividades profesionales y fuera de casa.
Pareciera, que es una cuestión de los adultos que existan, juguetes para “niños” y juguetes para “niñas”. Es hora de que los adultos tomen conciencia de que los juguetes no tienen sexo, que son los adultos quienes los marcamos con estereotipos sexistas.
El juego es libre y espontáneo y así hemos de comprenderlo.
Los juguetes deben ser estimulantes y variados, y los adultos deben proporcionar los que aporten valores positivos, sin olvidar que cuando el niño juega reproduce e imita situaciones o historias vividas, esto significa que los adultos que están a cargo de un niño/a deben ser modelos no sexistas, es decir que tanto el hombre como la mujer, que el niño tienen como referentes realicen labores domésticas como profesionales, ya que esto es lo que los niños van a reproducir en sus juegos.
Nuestra sociedad está en un proceso de cambio, y el estereotipo sexual de los juguetes representan la sociedad de décadas pasadas, la de la familia patriarcal, pero no la de ahora, ya que hoy es muy raro que la mujer esté en su casa y no tenga una ocupación profesional, al igual que es muy frecuente ver a los hombres cambiar pañales o dar de comer a su hijo. Entonces porqué hay adultos que se empeñan tanto en continuar educando a su hijo bajo el mandato tradicional del rol de la mujer y el hombre. Muchas veces ésta educación se hace de forma automática, siguiendo los mandatos culturales.
Es importante reflexionar y fomentar en los niños/as una educación no sexista, ofrecerles a través de los juguetes las mismas posibilidades de desarrollarse plenamente como seres íntegros e independientes capaces de insertarse en la sociedad como personas competentes.
¿Qué pasa cuando un niño/a quieren jugar con los juegos que tradicionalmente “no les corresponde”?
Los juguetes además de responder a las posibilidades motoras y cognitivas de los niños para interactuar con el juguete que se le ofrece, deben responder a sus intereses.
No se trata de imponer un juguete o de prohibirlo, lo importante es ofrecerles nuevos patrones y modelos de relación entre géneros, ya que el problema radica en considerar espontáneo o innato a algo que es aprendido.
En los juegos de dramatización (casita, maestra, doctor, etc), los niños asumen roles que observan de los adultos, es así como asumen los roles vividos en sus casas; en el colegio, en la calle y los reproducen fielmente. Del mismo modo interiorizan la valoración que estos roles adquieren en la sociedad. La idea no es que el niño juegue con muñecas y la niña con autos, para superar el estereotipo tradicional, sino que se trata de que los niños/as usen indistintamente éstos juguetes y que el docente o el adulto les haga ver las distintas posibilidades de interactuar con ellos.
Mónica Pérez nos da una guía de cómo elegir el juguete apropiado según la edad y las necesidades de los niños y las niñas:
Para los bebés de cero a un año recomienda aquellos que estimulen los sentidos, con colores, texturas y sonidos diferentes.
Para niños y niñas de uno a dos años sugiere los que permitan lanzar, meter, sacar, apilar y experimentar con elementos naturales como el agua y la tierra; así como los que estimulen la imitación de acciones simples como animales, títeres, teléfonos y coches; además de aquellos que les permitan desplazarse en el espacio.
Entre los dos y los seis años propone que se les faciliten juguetes como los triciclos y las pelotas, así como algunos que sirvan para desarrollar su habilidad manual y para imitar escenas familiares y profesionales como muñecos y herramientas para la carpintería y la medicina, entre otros.
¿Y los juguetes didácticos?
La mejor alternativa para evitar la discriminación en los juegos y juguetes serán los juguetes didácticos, pero esto no significa, bajo ninguna circunstancia que se privará a los niños de las tradicionales muñecas o autos. La idea será que la mayor cantidad de juguetes sean didácticos.
El adulto deberá encontrar junto al niño el equilibrio necesario entre los distintos juguetes que el mercado ofrece.
Los juguetes didácticos los ayuda a crecer más independientes.
¿Cuándo un juguete es didáctico?
Cuando se corresponde con la edad y el nivel evolutivo de cada niño.
Cuando toma en cuenta las características, necesidades y preferencias del niño.
Cuando desarrolla las capacidades de madurez intelectual, habilidad manual y fuerza física.
Cuando va acorde al entorno del niño, su disponibilidad de espacio, de tiempo, sus compañeros de juego, su familia y cultura.
Cuando ayuda a desarrollar distintos esquemas de socialización y trabajo, ya sea éste solitario, de grupo, de competitividad, de agresividad, o de colaboración.
Cuando no son complejos, ni bélicos ni sexistas, y no van de la mano de los personajes de moda.
Esta es una guía a la hora de seleccionar juguetes para los niños. De esta forma el adulto potenciará el jugar educando sin discriminar.
Lic. Edith Beatriz Burgos
http://psicopedagogias.blogspot.com/2008/02/los-juguetes-y-el-sexismo.html
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