28 Feb 2012 04:48 PM PST
Múltiples Miradas, como equipo humano comprometido con la realidad social de nuestro país, y del mundo, nos solidarizamos con nuestros hermanos y profesionalmente, les acercamos algunas pautas a tener en cuenta al momento de querer ayudar a quienes sufran un impacto tremendo en sus vidas, como han sido las últimas catátrofes que nos tocan de cerca y hemos visto en los medios… tragedia de once, cruceros, tormentas desvastadoras, tsunamis… ferroviarios, marítimos, aéreos, etc.
Antes, podemos ver en este link, de que se tratan los síntomas que generalmente aparecen en la mayoría de las víctimas de una tragedia: el estrés postraumático de víctimas y testigos.
Como deberíamos actuar para prestar colaboración y ayuda psicológica y emocional adecuada.
Una situación trágica, que llega de repente implica una disrupción, rompe con la cotidianidad, provoca la ruptura en la historia de vida de cada persona que lo vivencia y sus familiares y amigos en mayor o menos medida, resultan afectados.
Estas situaciones disruptivas se convierten en traumáticas debido al impacto emocional, físico y social que producen, teniendo en cuenta que las reacciones y sentimientos que surgen son variadas, y sobre todo normales y naturales producto de la situación vivida.
En el momento de ocurrida una tragedia resulta fundamental la contención que reciban las personas víctimas. Esto implica sostenerlas, contenerlas, lo cual marcará un antes y después que favorecerá su recuperación posterior y la posibilidad de poder integrar esta situación a su historia de vida.
Aquí, se hace referencia a la contención en el lugar del hecho, inmediatamente después de ocurrida la tragedia, implica sostener a esa persona, brindarle información sobre los pasos a seguir, por ej: sobre sus familiares si también estuvieran involucrados en el hecho.
La contención puede ser realizada por toda persona que posea una preparación adecuada para ello (profesionales de la salud, personal de rescate, docentes, religiosos, persona de la comunidad, etc.) es decir, que posea las herramientas adecuadas para llevarla a cabo.
La Guía de Salud Mental para Situaciones de Desastres* expresa que aquellas personas que brindan esta primera ayuda, deben tener en cuenta ciertas actitudes tales como:
* Actitud serena, respetuosa, cordial y afectiva, pero firme; la persona asistida no espera que el personal de ayuda se sume a su crisis sino que la ayude a superarla.
*Evitar ser crítico. No enjuicie ni sermonee.
*Actitud de escucha responsable, que permita que la persona afectada se exprese hablando o llorando; éste es el mejor recurso (catártico) en la asistencia psicológica de urgencia.
*Actitud que facilite la empatía, es decir, que la víctima percibe que la persona que lo contiene la comprende y entiende; es esencial para lograr la aceptación del afectado.
*No tratar de resolver, responder o aclarar todas las preguntas o afirmaciones que la persona haga en ese momento sobre aspectos como las causas del desastre y “la mala suerte que le ha tocado”.
*No intentar calmar a la persona afectada convenciéndola de que está equivocada en sus juicios o apreciaciones.
*No intentar modificar las conductas defensivas, como el no aceptar los acontecimientos o las pérdidas sufridas; constituyen una especie de defensa psicológica inicial, la cual conserva el funcionamiento de la personalidad durante la fase aguda.
*Autocontrol: el que ayuda debe controlar su propio comportamiento.
*Disposición para trabajar en equipo.
Ante situaciones como la Tragedia de Once, resulta fundamental poder contar con recursos técnicos, físicos, una red social integrada y sobre todo recursos humanos, además de la solidaridad para poder ayudar a las personas que lo necesitan, teniendo en cuenta que la contención que reciban en el momento de ocurrida la tragedia y lógicamente posterior, ayudarán a poder integrar esta situación a su historia de vida.
Lic. Cecilia Merlo MP 6684
Psicóloga de Múltiples Miradas
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