lunes, 6 de diciembre de 2010

Informe sobre sexualidad. Siempre interesante porque el tema es íntimo y el comportamiento social se desconoce.

El debut es cada vez más temprano y con un desconocido

Los adolescentes tienen su primera relación entre los 13 y los 15 años y viven la sexualidad con mayor libertad

Lunes 6 de diciembre de 2010
Laura Reina
LA NACION

Melina está contenta: es la más chica y "les ganó" a todas sus primas. Con 14 años, fue la primera en perder la virginidad, en un juego que consistía en debutar sexualmente según la edad: las más grandes, de 16 y 15 años, primero; ella, la más chica, después. "Pero yo las embromé y fui la primera", contó, con maliciosa ingenuidad. En los últimos diez años cambiaron mucho las prácticas y rituales en cuanto a los adolescentes y el sexo. Por empezar, la primera vez se da crecientemente en el marco de una relación informal (no necesariamente con la pareja), fuera de casa y sin las expectativas ni la preparación que antes generaba el debut. "Es más bien algo que hacés y listo. No lo pensás mucho", dijo Guillermina, que acaba de cumplir 16 años. Ella debutó con un compañero del colegio a los 15 y afirma que no se arrepiente, aunque fue sólo esa única vez. "Estuvo bien, no volvimos a estar juntos, pero tengo un lindo recuerdo. Igual, creo que cuando sea con alguien de quien esté enamorada va a ser mejor", confió.
La edad en que las chicas y chicos inician sus relaciones sexuales bajó en la última década: según datos del Ministerio de Salud de la Nación, ellos debutan a los 13 y ellas, a los 14. Otras mediciones dicen que el promedio, tanto para ellas como para ellos, se sitúa en los 15 años. "Antes había más distancia entre el debut de las chicas y el de los chicos. Se hablaba de 15 años para ellos y hasta 18 para ellas. Pero hoy están más parejos, se inician casi a la misma edad", comentó Jorgelina Schmidt, coordinadora de la Red Nacional de Jóvenes y Adolescentes para la Salud Sexual y Reproductiva (Rednac), creada en 1999 por la Fundación para Estudio de Investigación de la Mujer (FEIM), que capacita y concientiza a jóvenes sobre sexualidad a través de talleres, charlas, obras de teatro y programas de radio. También el ritual de iniciación cambió: entre los chicos, cayó definitivamente en desuso que padres, tíos o hermanos mayores los acompañen a "debutar". "Hoy deciden ellos cuándo y con quién hacerlo.
Juegan otros tipos de imposiciones: amigos, medios de comunicación... pero no los mayores", dijo Schmidt. Según Betiana Cáceres, una de las coordinadoras del área de jóvenes de la Fundación Huésped, "hoy los adolescentes sienten la presión de los pares y de los medios: los chicos dicen que pasaron por determinadas experiencias por las que tal vez no pasaron. Hoy hay mucha información, pero no siempre es verídica".
Entre las chicas se modificó la imagen idealizada de la primera relación sexual: "Antes tenía una connotación especial, era algo de lo que te ibas a acordar toda tu vida. Ahora no; aunque en algunos casos se mantienen la expectativa y los nervios del primer encuentro, en muchos otros casos no", comentó Schmidt. De hecho, algunas chicas creen que es mejor hacerlo con un desconocido, en una situación en la que no se pongan en juego emociones ni sentimientos. "La primera vez conviene que sea con alguien que no conozcas porque no te enamorás y no te da tanta vergüenza", dijo Raquel. Mía contó que su primera vez fue a los 16 años. "Fue con un chico al que conocí esa misma noche, así que enamorada no estaba... En ese momento me sentí bien, pero después me arrepentí un poco de haber dejado que pasara así. Hubiera preferido esperar y que esa primera vez fuera con un chico que al menos conociera un poco más. Pero bueno, las cosas se dieron así."
A los 15 años, Florencia tuvo su primera relación con un chico que conoció en una fiesta. El encuentro íntimo fue allí mismo, en un patio. "Fue algo inesperado. Dicen que la primera vez es mejor que sea con alguien que no conozcas tanto para que la segunda ya lo sepas hacer con alguien que querés. La primera vez es como un ensayo", opinó.
A Fernando le parece que da lo mismo si el primer encuentro es con alguien conocido o no. Su debut se produjo a una edad precoz y fue casual. "Debuté a los 11 años, con una vecina, en mi casa. Ella era dos años más grande, me bajó los pantalones y pasó."
Exequiel, en cambio, asegura que la primera vez es mejor que sea con alguien extraño y más experimentado. "Yo preferí con alguien desconocido, pero que tenga más experiencia; me explicó hasta cómo cuidarme. Una cosa es la primera relación sexual y otra cosa diferente es hacer el amor. Eso ya es distinto y lo hacés con alguien que conocés y amás."
Prácticas y rituales
El sexo oral puede ser un ritual de inicio para muchos jóvenes, pero los adolescentes siguen hablando de debut cuando tienen relaciones sexuales penetrativas. "Se toma como relación sexual la relación sexual penetrativa. Pero cuando un chico tiene relaciones sexuales orales no va a pasar mucho tiempo en que llegue a una relación sexual penetrativa", aclaró Schmidt.
También el sexo se vive con mayor libertad y muchos adolescentes se lanzan a experimentar: "Muchos refieren que tuvieron experiencias con personas de su mismo sexo. En general son conocidos, algo que contrasta con lo que marca el debut, que en muchos casos se da con extraños", analizó Schmidt.
De todos los adolescentes consultados por LA NACION, sólo Fernando reconoció que tuvo experiencias homosexuales. "Tuve y las volvería a tener", aseguró. Pero el resto no cierra las puertas. "No puedo decir que no las tendría, nunca se sabe", es la respuesta más habitual. La libertad con la que hoy se vive el sexo no es exclusiva de los jóvenes. "Hoy, varios mandatos sobre cómo ejercer la sexualidad desde el Estado o la Iglesia están cayendo; el matrimonio gay es un ejemplo. Eso impacta en la sexualidad. Las próximas generaciones ya van a crecer con esta ley, como la generación del 90 creció con el divorcio", analizó Cáceres.

Más miedo a un embarazo que al sida

La mayoría asegura que se cuida con preservativos; hablan de sexo con amigos o hermanos mayores

Le tienen más miedo al embarazo que a las enfermedades de transmisión sexual, como el sida. La mayoría afirma que se cuida" en las relaciones sexuales y que las dudas se las sacan con amigos o hermanos mayores, pero no con sus padres. "El embarazo, sobre todo entre las chicas, sigue generando mucho más temor que el contagio de ciertas enfermedades porque es lo más visible. En la enfermedad los síntomas sólo son perceptibles para quien los padece", explicó Betiana Cáceres, una de las
coordinadoras del área de jóvenes de Fundación Huésped, institución que afirma que hay cerca de 8000 adolescentes
entre 14 y 24 años que viven con sida en la Argentina. Los varones, en cambio, les temen más a las enfermedades de transmisión sexual. "Les tengo mucho más miedo, a un amigo le agarró sífilis", contó Exequiel, que afirmó que utiliza preservativos habitualmente en todas sus relaciones.
"Aunque la generación actual tiene mucha mayor conciencia acerca de la necesidad de usar preservativos que las anteriores, a veces eso no es suficiente para el cambio de conductas. A las chicas aún les cuesta exigir el uso del preservativo porque está instalada la creencia de que deserotiza o de que si lo piden son fáciles", comentó Cáceres. La anticoncepción de emergencia -conocida como la pastilla del día después- no se usa como método habitual para evitar embarazos. "Tienen en claro las diferencias. En general, recurren a ella cuando el preservativo falla, pero no es su método habitual de anticoncepción", dijo Cáceres.
En cuanto al Viagra, si bien los adolescentes preguntan mucho, en verdad son pocos los que se animan a usarlo. "Nunca lo usé porque no lo necesito", son las respuestas más comunes de los jóvenes respecto de esta droga. Pero muchos reconocen tener curiosidad e incluso no descartan probarlo en un futuro.
Las charlas de sexo se dan entre amigos o con hermanos mayores. Con los padres, a lo sumo, hablan sobre cómo cuidarse. "Hablamos en general de los embarazos y de cómo evitarlos, pero no de mí", precisó Florencia.
Jorgelina Schmidt, coordinadora de la Red Nacional de Jóvenes y Adolescentes para la Salud Sexual y Reproductiva,
aseguró: "La mayoría de los padres no quiere saber que su hijo tiene relaciones sexuales. Lo niegan. Y otros, cuando se enteran, hacen hincapié en el tema del cuidado, que está bien, pero no transmiten la idea de que el sexo es placer y disfrute. Y eso también es importante".

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